Me duele todo mi hermoso cuerpo-Mitos y timos del Camino de Santiago II

Hoy, con mi cuerpo roto por una lesión en el gemelo derecho, de la que aun no me he recuperado del todo, me he puesto a recordar cosas:

-Entre ellas a ciertos personajes camineros, regentadores de albergues en el Bierzo y, en opinión de ellos y de otros gilipollas como ellos, únicos poseedores de la VERDAD JACOBEA, únicos perceptores de los AUTÉNTICOS PEREGRINOS, sabedores de que los que no les gustan a ellos no son peregrinos, sino meros andarines. Claro, desde el confort del albergue con mas mierda de todo el Camino Francés (incluso mas que el de Santa Irene), se percibe la autentica esencia vital, y entonces se acerca al que llega cansado y roto y le suelta la chorrada de " ...el Camino ha echado a tierra tu soberbia para que así te hagas mas humano y trates mejor a las personas..." , y naturalmente, se queda uno a cuadros, sin saber que decir ni que hacer, simplemente alucinando en colores y pensando que de repente se le han subido de golpe todos los canutos que se fumó en el Ejército. Total, que se baja uno a Villafranca a tomar unas birras con unas "jamelgillas" y cuando regresa se encuentra con el "místico iluminado" que te llama "mal hermano del hombre" por no haberte apuntado a una cena que cuesta 14 euros y en la que te ponen "alpargatas empanadas" y un huevo de gurriato frito mientras te leen un evangelio inventado por ellos y te lavan el coco con no se que mierda de corrientes telúricas. De cualquier manera lo mejor viene después, cuando el bicharraco en cuestión, tras soltarte la parida de que "si ha de llevar cada uno sus pecados" y "la mochila es el peso de la vida", el tío se pone como una mona si le dices que no a su "altruista ofrecimiento" de llevarte la mochila en furgoneta hasta el final de la siguiente etapa (Cebreiro-acojonante etapa subidón de 32 km) por 5 euracos. Abreviando: que te vayas a comer "ababoles", Jato, y de paso le dices al yonki de los bigotes que tienes en el albergue que se lave.

- También he recordado mi primer salto en paracaídas, allá por el 31 de octubre de 1988, el rugido del viento y las hélices en la puerta del Aviocar, el sonido de los mosquetones al juntarse al final del cable estático, los gritos del Jefe de Salto, el ver como el camarada de delante sale por la puerta y darte cuenta de repente que ya no hay vuelta atrás (da gibt es kein zurück), el brillo del sol, el silencio y el júbilo de la blanca seda al aire, y la alegría al llegar a tierra: ¡¡¡COÑOOOOO, ESTO ES MEJOR QUE FOLLAR!!!.

- Pero aparte del gilipollasmísticozumbaotocagüevos alberguero de Villafranca, me he acordado de todos aquellos que caminaron conmigo en esos dias de "vino y rosas" (sobre todo de vino), y de lo que aprendí de ellos; solo espero que ellos no aprendieran nada de mí.

VAN POR VOSOTROS UNAS BIRRAS

¡¡¡ULTREIA!!!