martes, 16 de febrero de 2010

Yo quiero tener un millón de amigos....

Han pasado muchos meses desde la última vez que me senté a deleitaros con mi ingenio. Durante esas lunas se han sucedido muchas chispas, abandonos, risas, muchas visitas al baño, inauguraciones de Años Santos Jacobeos, traiciones, etc...

Pero lo "mejor" de todo es que he trabado conocimiento con todo tipo de tontos, de todos los tamaños, formas, y colores, autóctonos y forasteros, machos y hembras....

Hay una especie de tontos que suele habitar en pequeñas ciudades de provincias, del centro peninsular, por poner un ejemplo, que es el Paleto Provinciano, de la ciudad de toda la vida, cuyas máximas aspiraciones son desfilar en las Turbas aporreando un tambor mientras le gotean los restos de pota de vinacho cabecero por las comisuras de los labios, o bien, celebrar San Mateo maltratando animales en las Plaza Mayor ataviado con ridículo sombrero de paja y pañoleta de color chillón electrizante conjuntado todo ello con camiseta de paupérrima calidad e inscripción "PEÑA LOS KAPUYOS" Suele llevar una bota de vino de plástico y entabla con otros congéneres agrias discusiones sobre la conveniencia de reducir el numero de miembros de la peña a fin de que no pertenezcan a ella "forasteros", esto es aquellos con menos de 7 generaciones de ascendientes en la ciudad.

El rango de edad oscila entre la niñata de mierda de 16 años y el señor prejubilado de 55, aunque la mayoría está entre los 30 y 40, siendo de profesiones no liberales, o sea, funcionarios de la Administración autonómica o estatal, con un puesto interino que han logrado gracias a que conocen sus papis al preboste que el Partido ha colocado en la Delegación correspondiente. Nunca han viajado mas de 3 o 4 días mas allá de la provincia limítrofe, y su formación académica se ha llevado a cabo en la Universidad con nombre de la Comunidad Autónoma en cuestión. Suelen creer a pie juntillas en la existencia, en tiempos no muy remotos, de auténticos caballeros andantes y tienen los alrededores llenos de monumentos y monolitos recordando el paso del personaje por el terruño; así "Aquí paso la noche D. .... de la ....., cuando iba camino de la cueva de M......." o bien, "Aquí D........de la ......... se masturbó frenéticamente mientras pensaba en D.......del T.......". Es muy común que el Paleto Provinciano se acerque al primer edil de la ciudad, si lo sorprende en el centro comercial, y lo salude con el apellido dándole además una palmada en la paletilla, componiendo el edil gesto mezcla de hastío y resignación: "Hola P........, como estás?¿Te ha "tocao" hacer la compra,ehh? El Paleto suele ir a comer o cenar siempre a los mismos restaurante y garitos, de probado arraigo ciudadano, de tal modo que durante muchos años ningún negocio establecido por la población foránea ha podido prosperar, tendencia que últimamente se va rompiendo notandose con ello, afortunadamente, un espectacular aumento en la calidad de la restauración; Se ha pasado del consumo masivo de gachasmigas y caldereta de cordero a la cocina internacional con la presencia de destacados cocineros como Ronal Macdonald y Lim-Piao del prestigioso Restaurante "Glan Mulalla". Suele ser dicho Paleto profundamente endogámico, emparejandose casi siempre con otro especimén de su misma barriada, lo que ha provocado el espectacular aumento de los casos de subnormalidad profunda y paletismo entre la actual población. En el caso de que el apareamiento se produzca con ejemplares de otro barrio o, lo que es aun mas grave, de otra ciudad el individuo suele ser segregado del grupo principal o cuando menos, observado con desconfianza. Esta última circunstancia induce al observador a considerar la extinción del Paleto a medio plazo debido a la degradación genética y la influencia renovadora de las nuevas poblaciones que desde todo el territorio nacional se están estableciendo.

El siguiente tipo de tonto es el Místico Paseante. Suele rondar los 40 o 50 tacos y su hábitat, durante buena parte del año, se ubica por el norte peninsular, de este a oeste. Precisa de fuertes corrientes telúricas y de madrigueras provisionales por la noches. A pesar de su gregarismo, es muy excluyente si se encuentra con otros a los que el no considera "auténticos". Es nómada, llegando en algunos caso a cubrir distancias de hasta 40 kilómetros en una jornada. Durante su deambular suele hacer paradas en unos lugares conocidos como "albergues" en los que entabla crípticas conversaciones con los llamados "hospitaleros" y pide que se le dibujen símbolos extraños en un documento al que denominan "credencial". Tiene querencia por determinados albergues, que suelen coincidir con los mas mugrientos y caros de la gran oferta que hay. El Místico Paseante suele llevar ropa de trekking y se ufana de portar una mochila de reducido tamaño y peso; mucho se ha especulado acerca del contenido de la mochila, aunque un detallado análisis del olor que de su cuerpo emana nos induce a pensar que dicho contenido por fuerza ha de ser exiguo, todo lo más alguna muda y un par de camisetas. Según diversos autores es raro el caso en el que se porta jabón o similares. Tampoco suelen llevar medios de susbsistencia propios, acogiendose a la "caridad" del "hospitalero", y en el caso de no estar disponible dicho recurso, van buscando la cercanía de otros paseantes con la sana intención de participar en comunitarios ágapes. Si bien hemos dicho que suelen ser excluyentes con los que no consideran "auténticos" esta postura cambia en el caso de que estos últimos sean del género femenino, en cuyo caso los vemos hacer gala de una florida exhibición de conocimientos de toda índole, incluso hasta idiomáticos, simpatía y baboseria, que da como resultado gratos ratos de entretenimiento para los observadores de sus patético intentos por aparearse. Dichos infructuosos intentos de apareamiento suelen finalizar en maratonianas sesiones de onanismo. Fecuentan también bastantes ciberforos, en los que usan nombres reafirmantes de su propia identidad, o de ungulados hiperbóreos, o acrónimos de extraña factura. Suelen colgar bivalvos de sus mochilas, cruces templarias y otros símbolos esotéricos de sus cuellos, dandose al menos dos casos en los que han solicitado ser armados "Caballeros del Camino" por cierto sórdido personaje en aislados parajes boreales. Suelen ser muy considerados con los animales y el medio ambiente en general pero si se les interroga sobre cuestiones tales como aborto o terrorismo muestran una postura confusa, cuando no ambigua o abiertamente partidarios de los etarras y sobre todo de los terroristas palestinos. Cuando acaban su migración anual suelen hacer videos y presentaciones de fotos con música lacrimógena o bien cantos gregorianos, que luego cuelgan en la red para tortura de cuantos se acercan al proceloso océano del ciberespacio.
Y por hoy es suficiente. Espero, mis niñas, volver a estar de nuevo con vosotras para seguir mostrandoos este apasionante mundo. Un besito.