jueves, 7 de mayo de 2009

Crónica de una "chispa" anunciada- Confesiones en adobo IV

Corría el año ni se sabe cuando fui invitado a una comunión; si, alguien se arriesgó a invitarme a uno de esos actos aburridos, en los que lo mejor que se puede hacer es chisparse uno con la esperanza de que pasen pronto. Pero vayamos al principio. Para que la jornada fuera satisfactoria era necesario "madrugar"; mi madrugón consistió en 3 latas de cerveza del Mercadona y media barra de salchichón, acompañada de pan sobao. De tal manera que sobre las 12'00 la cosa ya empezaba a marchar. Así que encaminé mis pasos a la Iglesia, pero sin intención de entrar ni mucho menos, mas que nada porque conocía de otras ocasiones al cabrón del cura (hay que ver el daño que puede hacer una sola persona a la imagen de una constitución de tan honda raigambre como la Iglesia), sino mas bien de visitar los bares que hay por los alrededores y saboreas unas cuantas Voll-Damn. Mientras caminaba por las calles de la cosmopolita "Jarbar", y con el hocico ya caliente, tuve la inmensa fortuna de tropezarme con la manifa del 1º de mayo (en la que no había mas de 300 o 400 personas, bueno, borregos mas bien, con banderas republicanas y ¡¡¡sovieticas!!! ), por lo que aproveché para gritar lo típico: "Zapatero so joputa" "cabrones, hacedle una huelga a Zapatero", y eché a correr. Como podréis imaginar la carrerita me abrió una sed espantosa, así que durante la hora larga que duró la misa, me reabastecí, pensando además que no comería por lo menos hasta las 15'00 (la misa empezó a las 13'00).

Cuando calculé que era acabada la misa me fui hacia la puerta de la iglesia a admirar el panorama: Vana pretensión, ya que solo había niñatas gilipoyas de 20 años acompañadas de pastilleros encorbataos, con un Seat León amarillo aparcao en la puta escalinata de la iglesia, o madres marujonas de culo gordo, apenas se veía por ahí alguna que otra jamelguilla, demostrando en cualquier caso un pésimo gusto en el vestir. En fin, que por fin dimos con nuestros huesos en el "abrevadero", sito en la salida hacia Madriz, y para sorpresa mía el menú era bastante aceptable:
Entrantes variados, ya sabéis, jamón, marisco en general a la plancha, queso manchego, y una cosa que me mosqueó al principio pero que luego resultó ser deliciosa: ¡¡¡¡Pastel de verduras con perdiz brava manchega !!!!. Dicho así suena como cuando te ofrecen en un restaurante de esos en los que a mi no me dejan entrar "LOMO DE BACALAO CONFITADO EN ACEITE DE CACAHUETE CON CRUJIENTE DE BERENJENA SOBRE UN LECHO DE CANÓNIGOS Y AL AROMA DE MIERDA", pero no, la verdad es que estaba bastante comible y me apreté el mio y el de dos vecinos de mesa que no querían el suyo. El vino sin embargo era bastante perrillero, como todos los de La Mancha, por muy crianza que fuera, así que solo me apreté una botella. La cerveza Estrella-Damn, pasable. Y el postre un sorbete muy vulgar.
Y el paisaje humano, ¡ah, el paisaje humano!, hubiera hecho las delicias de un Larra, y le hubiera permitido escribir un millón de artículos costumbristas: a las niñatas y marujas antes citadas, se unían familares lejanísimos cuyo nombre y parentesco sigo desconociendo, un rastafari con corbata, un grupo de cuatro niñatas con traje rosa de volantes, 5 cacatúas, alguien que se identificó como la madre de una tal Rocio (me alegro por Vd., señora), varios niños vestidos de almirante o de pilotos recién graduados en la escuela "Top Gun" del US Navy, varias niñas vestidas con trajes blancos largos, varias mozas entre los 35 y los 43 ó 44 años que tampoco estaban como para tirar cohetes, pero bueno, ya se sabe, "el turista exige y el peregrino agradece". Había también varios personajes equipados con cámaras de vídeo y focos que se dedicaron a filmar cuando comíamos, lo cual me suscito dudas acerca de si estábamos en un banquete o en un documental del National Geographic.

Pero bueno, a lo que ibamos, principio el almuerzo y a mitad de los aperitivos escuché el tan manido grito coreado de "¡¡QUE SE BESEN, QUE SE BESEN!!"; pues bien, debido a ese grito me sentí aun mas confuso, y pensado que estaba en una boda comencé a gritar "¡¡QUE SE DEN UN REVOLCÓN, QUE SE DEN UN REVOLCÓN!!" haciendo, por tanto, gala de mi ancestral gañanismo. De repente sentí un codazo en el costillar y una voz que me decia "Tio, que es una comunion". Se conoce que bromeaban con que un niño y una niña eran novietes, pero yo a esa hora estaba ya on my own. Torné el cabezo y vi gestos de asombro, miradas circunspectas, hocicos arrugados y gestos de desaprobacion por parte de la gente carrozona, y sobre todo de las 5 cacatúas, pero decidí disimular y seguí esforzandome en tragar ese espantoso Finca La Estacada.



LAS CACATUAS


El solomillo de cerdo con salsa española no estaba nada mal y me comí no solo el mio, sino tambien otro que me ofrecieron. Acerca del sorbete que hubo de postre solo diré que la teja de pasta estaba muy bien ejecutada. Y por fin llegó el momento que todos ansiabamos, ese segundo mágico en el que todos nos hemos sentido como Conan el bárbaro, sea en la boda o en la comunion. Me refiero, claro está, a ¡¡¡partir la tarta!!! y a ser posible con "estilo": en este caso se usaron dos sendos navajones que por su tamaño mas bien parecian la Tizona del Cid. Me niego a poner fotos de algo tan friky (ni siquiera yo lo soporto). El resto de la velada lo dediqué a gañanear, que es lo mio, y a pegar la hebra con dos de las jamelgas que había por ahi y que se despidieron de mi depositando sendos ósculos sobre mi faz.

¡Madre mía, que baja tenían que tener la autoestima para hacerse una foto así conmigo!

Y qué quereis que os diga más? si ya no me acuerdo ni siquiera de como volví a casa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre hablas de ti
¿es que no tienes familia?

ÑoñoCaillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ÑoñoCaillo dijo...

Soy demasiado egocéntrico como para hablar de alguien que no sea yo mismo. Lo siento.

Anónimo dijo...

estoy seguro de que tú no eres como dices que eres.

Anónimo dijo...

...por dios, espero ke no sea como dice ke es...por el bien de la humanidad.