Pues se necesita 1 trucha por persona. Se limpia, trocea, se enharina y fríe en aceite bien caliente. Mientras tanto hacemos un caldo con un par de litros de agua, un chorro de vino blanco, las cabezas de las truchas, 1 cebolla, laurel, unas bolas de pimienta, pimentón dulce, la sal necesaria, y 2 ó 3 ajos.
De un pan cortijero, del día anterior, se cortan rebanadas y se colocan en una fuente grande, sobre las rebanadas se ponen los trozos de trucha frita y unas ramas de perejil fresco y se vierte el caldo bien caliente. Se complementa muy bien con cualquier tinto joven, mejor si es de Ribera del Bierzo o Tierra de Campos.
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