domingo, 29 de marzo de 2009

Confesiones en adobo (y II, Vuelvo a estar chispao)

Hace un tiempo, charlando con otro peregrino, apareció el tema de la actitud ante el Camino, esto es:

¿Es un camino de Gloria? ¿Hay que ir relajado, contemplativo? ¿Hay que ir rápido? ¿Tiene un lugar el dolor físico? ¿Y purifica este dolor? ¿O solo hay lugar para la alegría y la paz?

Creo que no se puede entender el Camino sin el sufrimiento físico, es más, pienso que se debe buscar. Si se entiende el Camino como una proyección de la vida el dolor debe estar presente al igual que lo está en esta. El cansancio diario acumulado día tras día, el peso de la mochila, rozaduras, ampollas, tendinitis y "roturas de telilla" varias, dan una dimensión especial al viaje y otorgan un nuevo punto de vista. Tuve la suerte de experimentar gran dolor: Apenas dormí los primeros días, al tercero tuve una diarrea de tres pares de cojones y que me curé inflándome de birras, se me quemó la oreja izquierda por el sol (tuvimos una pequeña ola de calor en el páramo en aquel final de abril) y la pierna derecha se convirtió en madera, rígida como una tranca. Y a esto se le suma una alimentacón poco adecuada y un descanso de mierda, de tal manera que a Rabanal del Camino no llegó vuestro héroe, sino una piltrafa con pantalones cortos.

Y digo yo, ¿este dolor, este pasarlo mal, sirve para algo? Pues si, sirve, a mi me vino muy bien. Pero no voy a contar la típica chorrada gilipollas de "me hizo más humilde" o "me acercó más a aquellos que sufren" o "me hizo ver de otra manera el sufrimiento de Cristo en la Cruz". El dolor no me hizo mas solidario, antes al contrario: no me hizo más humano, solo mucho mas egoísta y orgulloso. Hay algo en ese dolor del Camino que purifica, que limpia la debilidad tanto del cuerpo como del alma. Hay algo que te hace clavar el bastón en la tierra una y otra vez, con saña, con furia, como si fuera un enemigo. Hay algo que hace que tires el sombrero y le grites al Sol del mediodía "¡¡¡¡QUÉMAME ENTERO SI TIENES COJONES, NO TE CONFORMES CON UNA OREJA!!!!".
Algo te obliga a tirar toda el agua y seguir seco "a ver si llego a Reliegos o peto antes, güevos".
Y sigues andando cuando la planta de los pies te arde y los dedos de los pies se agarrotan y "ya llevo 45 kilómetros a ver si llego a los 50 y además aprieto el paso, que todavía no he tenido bastante". Y camino apretándome el culo "que ganas tengo de cagar, joder, y ya lo haré si llego, que como se me escape la perdigoná no veas que risa”.
Y mientras, suena en mi cabeza:

They'll wacht me rise
with fire in my eyes,
they'll bow their heads
their hearts will hang low.
Then I will laugh
and they will kneel
and know this heart of steel
was too hard to break
too hard to hold.
Stand and fight.....

En realidad, si me paro a pensar fríamente, no tengo ni puta idea de para que me sirvió pasarlo putas, pero:

Volvería a pasarlo igual de mal a sabiendas? Si.
Rechazaría la ayuda altivamente? Si.
Buscaría aumentar el dolor? SI, SI Y SI.

Cuando pienso en la gente que no sufrió dolor, que no fue quemada por el sol, que apenas caminó unos pocos días para no cansarse mucho, solo siento asco; bueno, asco y pena a partes iguales. Se perdieron la mitad de la vida, las cosas que hacen que la vida sea aún mas placentera.

En Cuenca, siendo el dia 29 de marzo de 2009, a las 16'00 horas, y con una "chispa" respetable, vuestro héroe os saluda atentamente.


P.S. Música para esos dias tan emocionantes: "I believe" y "Heart of steel" de Manowar, "Leave no man behind" de Hans Zimmer.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que tus experiencias en el camino de santiago debías compartirlas con tu gente. Me refiero a que si no te has planteado, con tiempo eso sí, volver a hacerlo pero con tu gente, tus amigos de toda la vida, tus familiares mas directos, tus compañeros de trabajo con los que tengas mas confianza.
Estoy seguro de que algunos no se atreverian, pero otros sí, y te lo agradecerían toda su vida.

ÑoñoCaillo dijo...

Quizá algún dia me decida a compartir eso con alguien. Pero resulta que aun no he encontrado a nadie a quien yo considere digno de acompañarme. Y por otro lado, ¿Por qué tengo que compartir? ¿Para qué necesito el agradecimiento de los demás?.

Anónimo dijo...

Tienes razón. Lo que plantea Anónimo es una gilipollez. Un capullo como tú no tiene a nadie a su altura, ni necesita compartir nada con nadie, y menos que nadie le agradezca nada. Claro, que habria que preguntarte ¿tú sientes aprecio por alguien?
Saluditos machote. Pierdes puntos cada día que pasa. Además, pienso que vas de soberbio y luego debes ser un corderito de cojones.

ÑoñoCaillo dijo...

Ña,ña,ña,ña......¡que me meo toa!. Pues no me leas. ¡Hala, guapetón, a hacerte pajas con una foto de ZP y limpiate luego con el pañuelo palestino!. Besitos.

ÑoñoCaillo dijo...

Y ¿por qué vas de anónimo? Muestrate como hago yo. Menuda moña tienes que ser, gordito y gafón.

Anónimo dijo...

No me conoces, como yo no te conozco. Solo se que eres un mamoncete que se llama Antonio y, claro, ¡como no hay Antonios en este mundo!
En fin, que veo que eres todo un peregrino.
Como decía aquel famoso: ¡hala, a mamarla!
Un besote